Detecto EB-15-215 Manual do Utilizador Página 345

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al día real del alta. Al principio, los padres necesitarán una persona de contacto con la que
puedan contar en cualquier momento en caso de surgir dudas o problemas. Necesitarán
también establecer relación con un médico de familia o un pediatra de su localidad, que
esté dispuesto a hacerse cargo de la asistencia diaria del lactante. Es importante recordar
que el cuidado de un niño pequeño con EB exige un trabajo intensivo y también tiempo.
Será necesario disponer de un lugar adecuado para realizar las curas de las heridas y los
vendajes de manera óptima. Siempre que sea posible, sería útil contar con personal de
enfermería de asistencia domiciliaria para ayudar a los padres en estos momentos espe-
cialmente difíciles. Pero, aun contando con personal de enfermería, los padres necesitarán
la ayuda de amigos y familiares que estén familiarizados con los cuidados que necesita el
bebé.
A los padres les resultará de gran utilidad el contacto con otros padres de niños con EB
(Fig. 4.2-7), ya que es una buena forma de encontrar apoyo, tanto físico como emocional,
durante los primeros días de estancia en el hogar. Hemos podido comprobar que en estos
primeros días, el mayor reto al que se enfrentan los padres es intentar decidir qué proble-
mas se deben a los efectos y características especiales de la EB y cuáles son simplemente
necesidades normales de los bebés. Una buena vigilancia y valoración del bebé por parte
de los padres y cuidadores, y la comunicación entre los padres y el médico encargado de la
asistencia del niño, son esenciales para prestar la asistencia más adecuada.
La cuna del bebé debe tener un acolchado blando, como «borreguillo», en el fondo y
los laterales de la cuna deberán están cubiertos por material blando para evitar las lesiones.
No se debe utilizar la cama para cambiar los apósitos del niño, ya que podría relacionarla
con manipulaciones desagradables y dolorosas. La cama debe convertirse en un lugar de
descanso seguro para el bebé, para que cuando sea algo más mayor pueda buscar en ella un
refugio seguro.
Niño en edad preescolar
Desarrollo de las habilidades motoras
Cuando el niño llega a la edad preescolar, padres y cuidadores se enfrentan a un nuevo reto.
Pronto, empezará a sentarse y a intentar gatear. Es normal que en esta fase se produzcan
accidentes menores o, incluso a veces, importantes. Cuando un niño con EB tiene un
accidente, casi siempre va acompañado de la aparición de ampollas y después de dolor. Es
comprensible que los padres quieran proteger a su hijo frente a los accidentes y el dolor, ya
que no desean verle sufrir. También es importante que el niño descubra por mismo su
capacidad física y cuáles son sus propios límites. Será preciso encontrar un equilibrio entre
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