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nentes de los hemidesmosomas. Aunque la transferencia de genes normalizó la expresión de
un mayor porcentaje de genes de lo que hizo la transferencia de proteínas, ninguno de estos
dos métodos normalizó completamente la expresión de todos los genes estudiados [68].
Si bien con la integración de vectores víricos se logra la reparación en los ámbitos
molecular y celular, con resultados excepcionales, este método todavía supone problemas
logísticos y de bioseguridad (por ejemplo, la recombinación con virus endógenos; las res-
puestas inmunitarias o inamatorias contra los virus usados; o la genotoxicidad / mutagenia
por inserción), como se demostró en 2003 cuando dos de los diez pacientes de un ensayo
clínico de genoterapia para la inmunodeciencia combinada grave con resultados satisfac-
torios presentaron leucemia como resultado de la mutagenia por inserción causada por la
integración del vector retrovírico en la región 5’ no traducida de un oncogén [8, 10, 25].
Para crear un método no vírico de aplicación de genoterapia en pacientes con EB,
se utilizó la integrasa PhiC31 de un bacteriófago, la cual media la integración genómica
unidireccional de plásmidos que contienen un sitio attB especíco. Se integró un plásmido
con expresión de laminina 332 β3 con sitio attB en el genoma de los queratinocitos prima-
rios de cuatro pacientes con EBJ no emparentados y a quienes se realizó previamente una
caracterización genética. De esta forma, la integrasa PhiC31 contribuyó a la integración
genómica en las células progenitoras de la epidermis. La regeneración de piel humana en
ratones inmunodecientes utilizando estas células dio lugar a la formación de tejido de piel
humana con expresión restaurada de laminina 332. Por otra parte, los tejidos corregidos
de los pacientes con EBJ restauraron la formación de hemidesmosomas y dieron lugar a la
desaparición de los signos histopatológicos de presencia de ampollas subepidérmicas [59].
En otro estudio realizado por este grupo de autores, se utilizó el elemento de transposición
«Bella Durmiente» para integrar el ADNc del LAMB3 en genomas de holoclones epidér-
micos de seis pacientes con EBJ no emparentados. Estas células también regeneraron piel
humana afectada por EBJ en ratones IDCG, en cuanto a la normalización de la expresión
de la proteína laminina 332, y la formación de hemidesmosomas y de ampollas [58].
Integrina β4
En cultivos organotípicos de piel se estudiaron queratinocitos primarios que no expresaban
integrina β4 obtenidos de un recién nacido con EB juntural con atresia pilórica, y se trans-
dujeron de forma estable con retrovirus portadores de ADNc de β4 de longitud completa
y con capacidad de ensamblaje de hemidesmosomas. Los queratinocitos con β4 corregida
resultaron indistinguibles de las células sanas, en cuanto a la expresión de la integrina α6β4,
la localización de los componentes de los hemidesmosomas y la estructura y densidad de los
hemidesmosomas, lo que indica una total corrección génica y funcional de los queratinoci-
tos que no expresaban β4 [20].
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